Herencias: Evaluación, Distribución y Significado
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25 de julio 2024La adquisición de oro por parte de los bancos centrales sigue siendo una estrategia clave en 2024. Una reciente encuesta del Consejo Mundial del Oro (WGC, por sus siglas en inglés) ha revelado que un número significativo de bancos centrales planea seguir aumentando sus reservas de oro a lo largo de este año. De las 70 respuestas recibidas, el 29% de los bancos centrales manifestó su intención de incrementar sus tenencias de oro en los próximos doce meses, el nivel más alto registrado desde que se comenzó a realizar esta encuesta en 2018.
En 2023, los bancos centrales adquirieron 1.037 toneladas de oro, la segunda cifra más alta de la historia, solo superada por las 1.082 toneladas compradas en 2022. Esta tendencia de compras sostenidas refleja el continuo atractivo del oro como activo de reserva, especialmente en un entorno geopolítico y financiero cada vez más incierto.
Contexto y motivaciones
La volatilidad del dólar y la complejidad del panorama global están impulsando a los bancos centrales a reforzar sus reservas de oro. El oro se percibe como un refugio seguro, una protección contra la inflación y una herramienta efectiva para diversificar las carteras de reservas. En particular, los bancos centrales de economías emergentes y en desarrollo valoran especialmente el papel del oro en sus estrategias de reserva.
Impacto de las compras en el mercado
El interés continuo en el oro por parte de los bancos centrales está teniendo un impacto significativo en el mercado del metal precioso. Incluso si algunos países, como China, ralentizan sus compras, la demanda global sigue siendo robusta. La encuesta del WGC muestra que el 81% de los bancos centrales esperan que sus reservas de oro aumenten en los próximos doce meses, un aumento notable respecto al 71% del año anterior.
Diversificación y perspectivas
A medida que la dominancia del dólar como moneda de reserva global parece disminuir, el 62% de los encuestados creen que su participación disminuirá en los próximos cinco años, mientras que el 69% opina que la proporción de oro en las reservas aumentará en el mismo periodo. Esta tendencia es más pronunciada entre los bancos centrales de economías emergentes y en desarrollo, que han sido los principales impulsores de las compras de oro desde la crisis financiera de 2008.
En conclusión, la gestión de reservas por parte de los bancos centrales sigue favoreciendo el oro, motivada por preocupaciones sobre la inflación, la estabilidad financiera y las tasas de interés. Este enfoque subraya la importancia estratégica del oro en tiempos de incertidumbre geopolítica y económica.